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Tipos de Tratamiento de aguas residuales

Los tipos de tratamiento de aguas residuales son el tratamiento primario, secundario y terciario, cada uno de los cuales utiliza diferentes procesos para eliminar los contaminantes del agua residual.

Tratamiento primario

Es el primer paso en la eliminación de los contaminantes del agua residual y consiste en la eliminación de sólidos suspendidos y materia orgánica mediante la sedimentación y la separación de los líquidos y sólidos. Durante este proceso, el agua residual se dirige a un tanque de sedimentación donde los sólidos más pesados se depositan en el fondo y se eliminan como lodo, mientras que el agua más clara flota en la parte superior y se dirige al siguiente proceso de tratamiento.

Tratamiento secundario

Es el siguiente paso y utiliza procesos biológicos para descomponer la materia orgánica restante en el agua residual. El agua se dirige a un tanque de aireación donde se agregan bacterias aeróbicas para descomponer la materia orgánica y convertirla en dióxido de carbono, agua y biomasa. El agua residual se dirige luego a un tanque de sedimentación secundario donde las bacterias y otros sólidos se depositan en el fondo y se eliminan como lodo.

Tratamiento terciario

Es el último paso en el proceso de tratamiento de aguas residuales y se utiliza para eliminar los contaminantes restantes que no se eliminaron en el tratamiento primario y secundario. Este proceso incluye la eliminación de nutrientes como el fósforo y el nitrógeno, la eliminación de metales pesados y la desinfección para eliminar los microorganismos patógenos. Los procesos utilizados en el tratamiento terciario incluyen la filtración, la adsorción, la desinfección y la membrana de ultrafiltración.


Es importante tener en cuenta que el tipo de tratamiento utilizado depende de la calidad del agua de entrada y del uso previsto del agua tratada. Algunas plantas de tratamiento de aguas residuales solo utilizan el tratamiento primario, mientras que otras utilizan el tratamiento secundario y terciario para garantizar que el agua tratada cumpla con los estándares ambientales y de salud pública aplicables.